EJERCICIOS PARA CONSEGUIR LA FELICIDAD
Supón que tu mente es un armario. ¿Guardarías ropa vieja que ya no te vale? Te mostramos ejercicios para hacer limpia general de los pensamientos y las creencias inútiles que te impiden vivir dichoso.
Podrías vivir agusto en un armario lleno de polvo, de ropa vieja que se acumula día tras día y que no sabes qué hacer con ella? Seguro que no. Si pudiéramos comparar nuestra mente con un espacio físico, esta sería la imagen perfecta. A cada instante que pasa, acumulamos pensamientos, asociaciones, opiniones y creencias que no nos decidimos desechar ni cuando comprobamos su ineficacia para alcanzar el bienestar. ¿Cuál es el resultado de esta operación de inútil almacenamiento? Un sentimiento difuso de inquietud, inadecuación y molesta incapacidad para ser felices. Por ello, mantener un estado de ánimo dichoso depende sobre todo del uso que hagamos de la mente.
NO MIRES AL PASADO.
Las malas noticias, leídas en un periódico de ayer o de la semana pasada, nos impresionan mucho menos. Entonces, ¿Por qué nos vemos a nosotros mismos siempre reflejados en el pasado? Si hemos vivido un abandono, al formar una nueva pareja estudiamos mil estrategias para no cometer los mismos errores que estropearon la relación anterior, como sí fuéramos los mismos que hemos sido ayer. Igual hacemos en el trabajo, en nuestras relaciones familiares, en la amistad...
Con la excusa de basarnos en la experiencia, limitamos nuestra felicidad, anticipando siempre lo que debe y no debe ser. De esta forma surgen las desiluciones. "Esta vez todo parecía perfecto, pero...", me cuidaré mucho de no hacer (o hacer) lo mismo que en aquella ocasión" ¿Cómo actuar?
BORRA LO QUE PIENSES DE TI.
La milenaria sabiduría de la India sugiere el siguiente ejercicio.
Si quieres ser feliz cada mañana, antes de ponerte en marcha, toma una postura cómoda e imagínate borrando en una pizarra todo lo que piensas de ti mismo: lo que te gusta, lo que no te gusta, lo que deseas, tus costumbres...
- Comienza el día mirándote, mirando a tu pareja, las situaciones que vives con nuevos ojos (como si acabaras de aterrizar de Marte).
- Cada vez que te des cuenta de que das algo por supuesto, pensando que "siempre pasa lo mismo", vuelve a imaginar la pizarra para eliminar esa idea.
- Así borrarás ese tipo de pensamiento "censurador" que te lleva, de forma automática, a corregir cada acción conforme a parámetros prenconcebidos. Como si la felicidad del momento pudiera basarse en un esquema mental que funcionó en el pasado.
- ¿Como saber si estas en el camino correcto? Cuando compruebes que eres capaz de sorprenderte a ti mismo, de sentir un entusiasmo aparentemente injustificado en tu forma de hacer las cosas, notes más vigor para afrontar las dificultades y no tenga ganas de estar continuamente juzgando y polemizando con los demás. La felicidad reconquistada llena de energía y vuelve fáciles las cosas dificiles.
Los taoristas aconsejan acostumbrarse a no desear para ser felices. Debemos intentar aplicar este consejo en el día a día. ¿Hay cosas que quieres pero que no logras obtener? ¿te obsesiona tanto con seguir un objetivo que ni siquiera disfrutas del resultado?
HAY UN SITIO ESPERÁNDOTE...
Existe una táctica mental muy sencilla que, aunque no garantiza el éxito, te predispone a lograrlo de la mejor manera, ayudándote a liberarte del estrés y del sentimiento de culpa. Como entrenamiento en esta idea, te explicaremos el siguiente ejercicio práctico:
Cada mañana se repite la misma historia: sales a una hora de casa en coche, pero al encontrar aparcamiento cerca del trabajo es una odisea. Comienzas a buscar, mientras los minutos pasan y tu mente se llena de rabia y malestar.
En el camino al trabajo, enciende la radio, relájate, y en lugar de desear encontrar un lugar donde estacionarte, intenta imaginar que hay un hueco esperándote. Así es en realidad. Todas las mañanas lo has encontrado, y hoy no va a ser distinto. No sabes dónde está, y cualquier esfuerzo para descubrirlo podría alejarte de él, además de aumentar el pesimismo, el peor enemigo enemigo del éxito. Visualiza en la mente el lugar libre que ocupará tu coche. Hazlo con tranquilidad, reforzando en ti la certeza de que tu sitio está esperando a que pases por él.
Así permites que tu mente ponga en marcha su maquinaria, eliminando las dudas y los pensamientos negativos que bloquean la acción hasta inhibirla. ¡Pruébalo!
Convivir con el dolor.
Pocas experiencias desorientan y trastornan tanto como sentir dolor emocional. Puesto que conocemos su fuerza destructiva, tendemos a ignorarlo, y cuando nos toca, expulsarlo fuera con todas nuestras fuerzas. Pero si se convierte en crónico, ¿Como liberarse?
En lugar de huir del sufrimiento, no pongas ninguna resistencia y déjate invadir, manteniendo en cada instante la conciencia de que te está pasando: la desesperación que sientes, el recuerdo que emerge, las asociaciones mentales que se te pasan por la cabeza, las lágrimas que caen, las palabras que sueltas...
No reprimas nada y registra con plena conciencia todo lo que te sucede.
Al principio puede desorientarte la idea de observarte como si estuvieras asistiendo a un espectáculo, pero poco a poco te darás cuenta de que el dolor va consumiéndose como una batería que se va agotando.
Observa cómo el dolor se va disolviendo dentro de ti con las emociones y las sensaciones sufridas, y cuando ya se haya agotado del todo, sepárate absolutamente de él, como si cerraras una puerta para siempre. No vuelvas nunca sobre el tema: no hables de ello, no lo pienses, intenta no recordarlo. Una vez cumplida su función, no tiene ningún sentido mantener el dolor vivo dentro de la memoria. Pasa la página.
REVISTA PSICOLOGÍA NO. 40
Existe una táctica mental muy sencilla que, aunque no garantiza el éxito, te predispone a lograrlo de la mejor manera, ayudándote a liberarte del estrés y del sentimiento de culpa. Como entrenamiento en esta idea, te explicaremos el siguiente ejercicio práctico:
Cada mañana se repite la misma historia: sales a una hora de casa en coche, pero al encontrar aparcamiento cerca del trabajo es una odisea. Comienzas a buscar, mientras los minutos pasan y tu mente se llena de rabia y malestar.
En el camino al trabajo, enciende la radio, relájate, y en lugar de desear encontrar un lugar donde estacionarte, intenta imaginar que hay un hueco esperándote. Así es en realidad. Todas las mañanas lo has encontrado, y hoy no va a ser distinto. No sabes dónde está, y cualquier esfuerzo para descubrirlo podría alejarte de él, además de aumentar el pesimismo, el peor enemigo enemigo del éxito. Visualiza en la mente el lugar libre que ocupará tu coche. Hazlo con tranquilidad, reforzando en ti la certeza de que tu sitio está esperando a que pases por él.
Así permites que tu mente ponga en marcha su maquinaria, eliminando las dudas y los pensamientos negativos que bloquean la acción hasta inhibirla. ¡Pruébalo!
Convivir con el dolor.
Pocas experiencias desorientan y trastornan tanto como sentir dolor emocional. Puesto que conocemos su fuerza destructiva, tendemos a ignorarlo, y cuando nos toca, expulsarlo fuera con todas nuestras fuerzas. Pero si se convierte en crónico, ¿Como liberarse?
En lugar de huir del sufrimiento, no pongas ninguna resistencia y déjate invadir, manteniendo en cada instante la conciencia de que te está pasando: la desesperación que sientes, el recuerdo que emerge, las asociaciones mentales que se te pasan por la cabeza, las lágrimas que caen, las palabras que sueltas...
No reprimas nada y registra con plena conciencia todo lo que te sucede.
Al principio puede desorientarte la idea de observarte como si estuvieras asistiendo a un espectáculo, pero poco a poco te darás cuenta de que el dolor va consumiéndose como una batería que se va agotando.
Observa cómo el dolor se va disolviendo dentro de ti con las emociones y las sensaciones sufridas, y cuando ya se haya agotado del todo, sepárate absolutamente de él, como si cerraras una puerta para siempre. No vuelvas nunca sobre el tema: no hables de ello, no lo pienses, intenta no recordarlo. Una vez cumplida su función, no tiene ningún sentido mantener el dolor vivo dentro de la memoria. Pasa la página.
REVISTA PSICOLOGÍA NO. 40
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